Guía de Hell Let Loose: conoce a todas las clases

Hell Let Loose es un juego de tiros, pero uno realista, táctico, estratégico, y con un sólido componente de trabajo en equipo. Ya cuando lo jugamos en julio de 2021 nos quedó claro que no es ninguna tontería, que la esencia del título no reside en tu habilidad disparando, sino en asumir claramente las responsabilidades de tu personaje.

Hay montones de clases, desde el clásico fusilero al oficial, pasando por el tirador o el apoyo, y también hay ciertas jerarquías que deberás respetar. Fíate de los oficiales y comandantes y haz lo que te pidan para lograr que el curso de la batalla os beneficie.

Hell Let Loose Portada

En esta guía vamos a agrupar todos los dosieres que estudian a cada soldado para que entiendas qué debes esperar de cada uno y cómo jugar con sus fortalezas y debilidades. La separaremos en tres secciones:

Hell Let Loose Infantería

Infantería

En este segmento encontrarás el grueso de los soldados que conformarán tu equipo. Formarás parte de pelotones más multitudinarios y te tocará enfangarte para dominar las zonas clave para ganar. Puedes elegir entre las clases más básicas —pero esenciales—, como el fusilero, el apoyo, el médico... u ocuparte del control de zonas con el ingeniero o el oficial.

Hell Let Loose Reconocimiento

Reconocimiento

Cuando te decidas a dominar la distancia, tendrás que olvidarte de formar parte de pelotones multitudinarios e irte en parejas. El oteador y el francotirador son dos clases que van siempre juntas. Uno no puede —o debe— estar sin el otro, porque mientras que en otros casos puedes reaparecer fácilmente gracias a uno de tus muchos compañeros de pelotón, estos dos dependen el uno del otro.

El francotirador

El oteador

Acorazada Hell Let Loose

Tripulación acorazada

En este caso entrarás en los tanques. Bien como comandante o como tripulante, formas parte de una familia muy pequeña que debe trabajar codo con codo para dominar el terreno con los acorazados, sea para despejar de infantería el campo de batalla, para defender a los suyos o —evidentemente—, para acabar con otros acorazados.

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